Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como actitud positiva

IMPULSANDO AL EQUIPO | LORENZO RAMÍREZ | ASESOR RH | ALUMNI

Imagen
Hace algún tiempo, un antiguo compañero me mandó un correo preguntándome si tenía alguna fórmula que pudiera ayudarlo a lograr que los miembros de su equipo se involucraran en un proyecto concreto que, no sólo no les resultaba ilusionante, sino, ni tan siquiera, mínimamente apetecible.  Este SOS me trajo a la memoria un desencuentro que tuve, en mis lejanos seis o siete años de edad, con lo que me pareció una enojosa y nada atractiva sopa de pescado que mi progenitora tuvo la irrenunciable voluntad de que ingiriera.  En demostración de una incipiente independencia de criterio, me negué en redondo, ante lo que mi madre contestó con aquella expresión tan imperativa y escasamente original de “…Pues no te levantas hasta que te la hayas tomado”, que luego remató con un sensato y paciente “¡No seas cabezota!. Sabes que al final te la vas a tomar; será mejor que lo hagas cuanto antes y así te evitas estar ahí sentado toda la tarde”.  Las espadas se mantuvieron en alto durante dos o

¿TE JUBILAS? | LORENZO RAMÍREZ | ASESOR RRHH | ALUMNI PADE

Imagen
¡Ponle ganas! El verdadero fin de la jubilación, no es “dejar de hacer”, es disfrutar haciendo Hace unos días leí un Twitter de alguien que decía “¡Qué ganas tengo de jubilarme para poder pasar de todo y no tener que hacer nada!” Hay quienes piensan que la verdadera esencia de la jubilación es parar, liberarse de una carga, descansar, “disfrutar por dejar de hacer”. ¡Qué mal lo habrán tenido que pasar en su vida activa anterior para que se conformen con tan poco para el resto de su existencia!, ¿verdad?. Sólo descansar. ¡Qué tedioso!. Claro que no es malo celebrar el final de esa etapa que ahora se cierra, pero es, sin duda, aún mejor celebrar la apertura de esta otra. El verdadero sentido de la jubilación es mucho más dinámico, es “disfrutar haciendo” lo que apetece, como apetece, cuanto apetece y cuando apetece”, obviamente, en la medida que las circunstancias nos lo permitan; pero, sin duda, hay que ayudarlas. Si jubilar, como es obvio, se deriva de “júbilo”, hay que hacer que esa a