UNA REFLEXIÓN SOBRE "OPTIMISMO EN TIEMPOS REVUELTOS"
El futuro no es fácil, pero está por escribir. En medio de la tormenta, academia y empresa coincidieron en la obligación de mirar al horizonte con esperanza y un espíritu de superación 24/7. «Si no cerramos los ojos a la realidad, si nos empeñamos y nos unimos a otros que comparten nuestra ilusión, conseguiremos cambiar las cosas», dijo el rector.
Ahora que la distancia social y los confinamientos se imponen para frenar la propagación del virus, hemos tomado una nueva conciencia de los más de dos metros que ya nos separaban del otro en el mundo precovid. Como argumenta el sociólogo Robert Putnam, el individualismo nos hace vulnerables: la «sociedad del yo» tiene dificultades para afrontar amenazas como esta porque requiere que todos hagamos sacrificios por el bien común. Sin embargo, advierte Putnam, los ciudadanos de hoy se muestran menos dispuestos que hace medio siglo a pagar este precio en beneficio de otra persona.
Te invito a reflexionar sobre la transformación que han sufrido nuestras relaciones y qué papel está jugando la tecnología en esa metamorfosis. Los estudiosos indagan sobre que esperar de una inteligencia artificial de conversación como la app "Replika", algo que por ser profundamente humano, sólo otra persona puede darnos. ¿De qué adolece nuestra experiencia real de la amistad o del amor?, ¿por qué buscamos refugio en un sustituto virtual?
Es evidente que no nos encontramos en el mejor de los mundos posibles y que, por tanto, podemos mejorarlo. El filósofo Leonardo Polo decía que se puede definir al hombre como el perfeccionador que se perfecciona: «El ser que añade algo nuevo a la realidad con su acción, con su trabajo, logrando al mismo tiempo su mejora personal». Si ese tiempo que invertimos en simulacros tecnológicos lo dedicáramos a fortalecer vínculos con familiares y amigos, podríamos combatir la pandemia de la soledad y avanzar hacia la «sociedad del nosotros».
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