¿QUIÉN ME HA ROBADO EL MES DE ABRIL? | ALBERTO BERNABÉ | ASESOR TURÍSTICO Y SENIOR ADVISOR PwC | ALUMNI PADE

 

Y el de mayo, junio, julio, agosto, septiembre... 6 meses de casi cero turístico y seguimos sin ver la salida a esta endiablada situación.

La rozamos con la punta de los dedos, es cierto, y no supimos aprovechar nuestra privilegiada situación epidemiológica de hace unos meses, a pesar de que todo apunta a que gran parte del virus nos entró por el estrecho y controlable embudo de nuestros aeropuertos.

Y fue así como nuestra principal vía de entrada de riqueza y nuestras opciones de salvar el verano, se nos escaparon entre los dedos, como arena de esas playas que ahora están tan vacías...

Pero ahora no toca buscar culpables o hundirnos en la melancolía de lo que no fue.

Ahora toca volver a empezar, desde una situación más complicada, con nuestras empresas más endeudadas, más asfixiadas, con decenas de miles de trabajadores en ERTE desconfiadas de un futuro impredecible, con la incertidumbre de hasta donde llegaran los dineros públicos que amortiguan la caída y, para colmo, nuestros mercados de origen, empeorando sus ratios de contagio

Ya nadie debate la necesidad de hacer test en nuestros aeropuertos, a la vez de controlar con contundencia los contagios en las islas; se trata de generar la necesaria confianza en clientes y mercados para recuperar conectividad lo antes posible. Canarias debe poder producir este invierno, debemos ser capaces de poner en marcha la mayor cantidad de empresas posibles porque no tenemos más capacidad de resistencia; creo que no somos capaces de llegar con un cero turístico hasta el próximo verano, donde por otro lado, tenemos mucha mayor competencia.

Y mientras la evidencia nos golpea día tras día, todavía uno oye a demasiada gente reivindicando un cambio de modelo productivo, una manida diversificación de la economía, un giro hacia un modelo con la mitad de los turistas pero que gasten el doble...

Claro, como si esto fuera el Monopoli y podamos quitar y poner sectores, convertirnos en los mejores del mundo en alguna industria en que nadie nos va a batir y además vamos a ocupar a centenares de miles de canarios que hemos de formar para la reconversión industrial que vamos a producir...

Solo le pediría a quien reclama estos cantos al sol, que nos orienten cómo hacerlo, porque yo llevo oyéndolo 30 años y no conozco ni un sólo motivo o factor que nos haya impedido hacerlo ya... bueno, sí que lo hay, que somos una economía insular, ultraperiférica, que ha escrito las mejores décadas de su progreso gracias al turismo, que nos hemos especializado en torno a esta industria, que hemos logrado ser líderes mundial en este sector logrando lo más difícil... pero no... tenemos que cambiar nuestro modelo productivo...

De paso, quien dé con la fórmula de ser los mejores en esos nichos de, por ejemplo, producción, conocimiento o tecnología, que nos explique qué capacidad de generación de empleo se espera, porque me parece a mí que por muy bien que nos vaya, lograr generar un 5% de empleo en cada una de esas oportunidades sería un éxito de proporciones titánicas; y entonces, ¿qué hacemos con el medio millón de canarios que no tendrían trabajo?

No se me entienda mal. Yo creo en las virtudes de la diversificación de nuestra economía, creo que seríamos más robustos y resilientes si así fuera, pero con un matiz profundamente distinto a lo que se oye con frecuencia.

Creo absolutamente en la diversificación, pero siempre desde el refuerzo apuntalamiento de nuestro liderazgo turístico.

De hecho, nuestro “monocultivo” es en sí mismo enormemente diverso; el turismo nos ha traído muchas empresas de ocio, de actividades, de excursiones, empresas de servicios, de suministros, nos ha colocado en el mapa del mundo gastronómico con 6 estrellas Michelin, nos ha entregado infraestructuras, empresas de transporte, rent a car, ha impulsado la construcción, los equipamientos, las reformas… y si, también tiene externalidades y un innegable (e inevitable) impacto en el territorio que nos toca gestionar adecuadamente. Todos queremos todo lo mejor de las cosas, sin ningún inconveniente, pero eso son solo sueños.

La prioridad del archipiélago ha de ser seguir siendo líderes turísticos, y, hacer todos los esfuerzos por ser también pioneros en la tecnología asociada al turismo, punta de lanza en el conocimiento inherente al sector y, si podemos, los mejores en renovables, astrofísica, en economía circular con el sector primario a la cabeza y en todo aquello en que seamos capaces. Claro que sí.

El turismo no es el enemigo, ha sido y es nuestra bendición. Debemos protegerlo e impulsarlo para que podamos tener la oportunidad de diversificar o cambiar el modelo, pero nunca al contrario.

Comentarios

  1. Enhorabuena, Alberto. Como siempre, con las ideas claras. No puedo estar más de acuerdo.

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