CARTA A MI MISMO A MIS 25 AÑOS – UN MBA ¿SÍ O NO? PARTE 1 | PROF. EDGARDO SPIVAK
Trato de escribir lo que para muchos de nuestros estudiantes de 24 años y un poco más edad, es su realidad. Esta juventud, creativa, distinta, mediática, orgullosa y a la vez conformista en lo económico e inconformista en sus gustos, juventud global, mucho más que los que somos de los 80’ y muchos más que aquellos de los años 70’. Juventud global sin salir incluso desde su casa (nunca la globalidad entró en una pantalla tan pequeña).
En síntesis, creo que este artículo va para los jóvenes de los años 90`y 2000. No para mi. Pero ahora bajo la edad.
Los jóvenes de 24 años, terminan su Universidad y se dicen... “lo sé todo y por eso quiero aplicarlo”. O aquellos más maduros, “sólo sé que no sé nada, pero me especializaré”. Casi en este punto, da igual con quien me identifico. Da lo mismo.
Y aparece esta palabra mágica… MBA. ¿Quiénes deben hacerlo? ¿Todos? ¿al terminar el grado? ¿al tener 2 años en una empresa? ¿al querer ser directivo? ¿al terminar la etapa profesional? Puede ser una “cualidad indescriptible para muchos, aunque me lo explique el asesor de la mejor escuela, la veo necesaria para los procesos de selección”. Pero quizás no me hace falta. Incluso que sea Máster Universitario Oficial en todo el Espacio Europeo de Educación Superior. ¿Por qué? ¿Esto me asegura su practicidad y campo laboral? Recuerda, que aún tengo 25 años.
No te equivoques, puedo ser la de la foto, ya sea porque me gusta estudiar y me duermo estudiando o puedo ser aquella que no empecé a estudiar y me dormí antes. Nuevamente, casi da igual…
Fuente: Creative commons
Terminé mi licenciatura (ya llegué a los 24 años), un grado o una ingeniería, creo que sé muchísimo.
Listo… ahora a trabajar (¡Qué cansado de estudiar estaba, ahora a aplicar todo lo que sé!).
PRIMER GOLPE o AUTO HALAGO (ya sé todo, no quiero hacer un Máster, no es necesario).
Lógicamente casi sin importar la carrera que uno haya tenido, incluso hablando de Administración de Empresas. Cuando uno entra a la empresa se desorienta, la idea teórica de la empresa sostenible, de valores morales, sociales y un ambiente “chulísimo”, cuesta verla. ¿Será que tengo que haber ido a otro sector? ¿A una gran empresa? ¿Quiero ser cola de león, o cabeza de ratón?
No importa el país, la ciudad ni casi la región, la realidad empresarial se aleja de lo que aprendí en la universidad. Desde la mejor a la peor, de la pública a la privada. El GAP entre universidad y empresa, en el mundo sajón un poco menos… y aún por resolver. Imaginemos, lo que nos falta en los mundos latinos, europeos y africanos…
Comienzo mi vida laboral. Primer día en la empresa…
Ya estoy, salgo a la cancha, como se dice en países futboleros.
Comienza un nuevo debate: empresa, finanzas, marketing, recursos humanos, logística, stocks, ventas, costes, comercialización, rentabilidad, más contratación, más despidos, más margen, más internacionalización y sobre todo esta interacción abrumadora desde el palillo de dientes del bar de los empleados, con la Estrategia, Cash Flow, TIR y VAN. No sé quien lo mira y dónde se mide. Ya estoy dentro de la empresa y eso es lo que importa.
Esto lo vi en el grado, en 10 créditos anuales, con 4 horas semanales de profesores que llegaban justo en la hora, pero encendían su portátil, bajaban la pantalla, conectaban el cañón, veían dónde quedaron la clase anterior (pasaron 20 minutos)… y terminaban 10 minutos antes. Luego de terminar, nos dejaban material y corregían mucho pero, no siempre entendía por qué tenía un 5, un 6 o un 10. Me faltaba la explicación. Lo importante: aprobé.
Y ahora… ¿está todo junto en la empresa? No pasa nada, seguiré a mi jefe y listo. El me sabrá dar todo lo mejor y de a poco me posicionaré. Sólo es cuestión de práctica. Estudiar más no vale la pena.
¿Cómo puede ser posible que una empresa sea tan distinta a algunos casos vistos, mis prácticas fueron distintas e incluso algunas experiencias del grado o de otros máster especializados, ya sea online o presenciales? ¿Qué he hecho de mi vida… ¿Tan feliz con mis largas noches estudiando, con mi Erasmus Europeo o Mundus y quería esto? Cayendo a la realidad…
Golpe trascendental a mi yo. El proceso de aprendizaje, demanda maduración. Y cuándo estudiaba no era maduro.
¿Estoy maduro para crecer profesionalmente? Sí, claro que sí respondemos a nuestros 26 años. Seguro lo lograré y por mi mismo. Y me repito: la práctica, mi jefe y los equipos me darán todo.
El proceso empresarial de aprendizaje, adaptación y sinergias con los equipos demanda empatía, negociación, toma de decisiones. La estrategia: demanda entender los modelos de negocios y crear este ambiente de implicación de lo que nos dice un responsable, un supervisor o un director general. Mientras tanto la competencia crece y a nosotros, mi empresa que ya siento mía, nos está matando la competencia ¿en nuestra empresa qué nos pasa?. No todos somos Coca-Cola o Amazon. ¿Dónde está esta empresa ideal si vivo en Extremadura y el Silicon Valley me queda lejos? Aprenderé y lideraré el cambio. Enviaré C.V. para tener un puesto en una empresa mejor.
Continuará la próxima semana. No dejes de leer el final de mi historia.
Nota de autor: esto casi nos pasa a tod@s, hasta nuestra jubilación.
Autor
MI ACTUAL YO, PARA MI ANTIGUO YO SI VIVIERA HOY EN ESTE MUNDO GLOBAL DE TELETRABAJO INCONFORMISTA Y A LA VEZ SUPER INTERESANTE.
Prof. Dr. Edgardo Javier Spivak
Marketing Estratégico y Digital
EMBA Mid Atlantic Business School
Se agradecen vuestros comentarios.
ResponderEliminarTermina aquí?
ResponderEliminarEs la parte I, pero habrá parte II la próxima semana.
ResponderEliminarMuy realista y cercano. Buen punto de vista. Aquí termina?
ResponderEliminarMuchas gracias Daniely sigue en el próximo post en 1 o 2 semanas.
EliminarHasta aquí un excelente resumen de una realidad común a todos los jóvenes. Me has dejado con el deseo de ver cómo termina. Espero con muchas ganas el final!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Maxi. En una o dos semanas tendrás el final.
Eliminar...deseando leer el final de la historia (de ésta), y esperando otras
ResponderEliminarMuchas gracias José Tomás. Esperamos que no defraude... Un abrazo.
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